domingo, junio 14, 2009

LA BRECHA DEL PRESENTE (1ª parte, si se escribe la 2ª)

Cómo sería disponer de un tiempo anterior para manifestar aquello que sólo el futuro deja entrever. Digamos que hablamos de un ser racional. La reiteración de un tiempo pasado dentro del futuro podría ser más que una alteración patológica, podría ser un presupuesto del tiempo, es decir, aquello sin lo cual     -pasado o futuro- no existe o degenera en una temporalidad distinta (por ejemplo, el presente). Porque es más digerible intelectualmente la idea de la reiteración de conductas en el tiempo, lo cual es lo mismo que disponer que existe conductas anteriores que se reiteran en el futuro, no así pensar que existe conductas futuras que se ejecuten en el pasado, puesto que aquello que no ha ocurrido no puede ser objeto de una idea, salvo aquella que se preconcibe –que puede o no ser errónea-, sin embargo la ejecución de conductas pretéritas en tiempo futuro es un dato histórico ineludible. Las conductas del tiempo futuro no son objeto de análisis por una razón de temporalidad y espacialidad que no son más que literarias, puesto que en la ficción de la mente no existe necesariamente un tiempo o un espacio determinado, sino una multiplicidad de eventos atemporales que al ser analizados distraídamente se advierte su concurrencia, y al instante opera un mecanismo de disciplinación aprehendido desde “afuera” que “ordena” el flujo racional hacia el cauce de los estereotipos y moldes establecidos por las convenciones, los usos y las habitualidades transformadas paulatinamente en algo de aquello que se denomina “costumbre”. Al razonar dónde estamos, pretendemos una realidad paralítica que se escapa velozmente y es difícil de denominar presente, porque no se estaciona nunca y tiene movimiento constante –salvo un presidiario privado de garantías procesales de toda índole e incomunicado indeterminadamente, y aún así, el instinto natural de su cuerpo advertiría el transcurso inexorable de sí mismo y de lo que lo rodea-.

Cuando una voz dice recién, en pocas horas será ayer, y luego en otras tantas más será hace unos días, para perderse en la otra vez…, todas expresiones que pretenden la transfiguración de un hecho que se estaciona en una hora y en un día determinado, sin perjuicio que todo lo demás -absolutamente todo lo demás- continua una marcha que aleja todos los restantes elementos de la conciencia, la evolución constante e instantánea de todas las cosas vivas que nos rodean, ocasionando cambios microscópicos y atómicos que influyen en los flujos de la materia y su interrelación con la nada y el cosmos, aunque parezca artificioso.

La eventualidad de la expresión ahora es vacía, puesto que arriesga siempre establecer cuándo, lo cual nos indicaría que no puede hablarse de ahora como actual si debe necesariamente determinarse su temporalidad. El presente es vano sin los resortes del pasado y del futuro que lo amolden a algo imaginado, la estacionalidad de las cosas. Por ello hablamos del presente cuando nos referimos a una época, es decir un espacio de tiempo que fluctúa entre unos hechos determinados, porque el presente no se podría explicar sin la conjunción simultánea de varías épocas pasadas con otras que se espera que vendrán, y digo que se espera que vendrán porque cuando no son las mismas, o varían a las que se espera, el presente se acabó y comienza una nueva época de otro presente con otras circunstancias, y algunos denominados especialistas históricos –o especialistas del tiempo- dispondrán cómo se llamen esas instancias pasadas, por de pronto, el presente siempre es otro, no se estaciona jamás en concepciones o antojos de racionalidad, no obedece a una lógica cognoscible, por tanto, es incomprensible estudiarlo bajo estos parámetros por cuanto no son coherentes. Debe realizarse otro tipo o  modo de efectuar su medición, por cuanto todo tiene una manera de ser y no otra. Ese modo no es nada de lo cognoscible racionalmente, por cuanto su modelo es ilógico y no podría explicar algo que se supone inmóvil y que se mueve al mismo tiempo, adelantando un paso importantísimo a los investigadores: no sirve la razón para explicar este fenómeno, su explicación es un adelanto imaginable en esta época –pasada- procesado por los parámetros de la biología –especialmente una rama de ella, la genética, según mi percepción- y la cibernética manifestada a través de códigos y ecuaciones logarítmicas electrónicas, las que no se rigen por moldes preestablecidos, sino que por diversos flujos de energía cuya fuente es cualquier tipo o forma combustible que, dicho de una forma inteligible, enciende la actualidad o la presencia actual, hasta lograr su consumación total al agotarse su fuente de energía, y como las cenizas, el pasado comienza a tener su color, pero antes existió una llama viva que antojó una energía y vitalidad que hacían advertirla. Así mismo me figuro una explicación literaria del presente. Algo que por supuesto debe ser objeto de una explicación acabada y dinámica, pero por ahora, celebre el lector esta primera acepción del presente: temporalidad de hechos, objetos y sujetos que necesariamente deben detenerse, estacionarse y consumirse, para dar lugar a nuevas y sucesivas temporalidades que se deviene imperecederamente hasta agotarse por sí mismas, aveces hasta mezclando sus propias contradicciones y elementos de incoherencia, para sosiego de la razón o de aquello que aún no se descifra por los parámetros culturales imperantes –y no necesariamente correctos o utilizables-.

 

DEFINICIÓN DEL PRESENTE Y DE SU BRECHA

Sostenido el siguiente avance: no impera la razón, ni la lógica convencional, ni tal vez las matemáticas. Las matemáticas cómo explican el presente: preguntar a un matemático. Pero de todos modos no tiene la razón, porque una ecuación no puede manifestar un estado o percepción, establece una regla general del cosmos cognoscible, sin considerar aquello que pueda influir en la regla de un modo sensitivo, elemento ajeno a la ecuación. El presente necesariamente se relaciona con flujos emocionales, su sola mención nos recuerda que existe un brecha estacional que podemos controlar, el ahora, que siempre seguirá anclado al cuando, premisa subsecuente a la estacionalidad de circunstancias que estructuran hitos de desaceleración y estabilización de objetos y sujetos en movimiento, la contradicción equilibra las semejanzas y desaparece la acción motriz, el espacio y el instante concentran un millonésima de unidad de tiempo y aún así, nada se detiene más que en la imaginación, incluso una fotografía.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

[url=http://www.torreysmithjerseys.com/]Torrey Smith Women's Jersey[/url]

What do you want to be known for in the marketplace? What kind of clients do you desire? What level of service do you want to provide? Do you want to be one among many or do you want to be considered a leader in your industry?By answering these and many other similar type questions, you will gain insight into the direction you can, and should, take your business2With most people, regardless of the industry you are in, in some way you do change lives As succinctly put by Avery Dulles, the Church,could not unite men of many nations into a well-knit community of conviction, commitment, and hope and could not minister effectively to the needs of mankind, unless it had responsible officers and properly approved procedures [stress added]

[url=http://www.officialtexanspros.com/]Arian Foster Elite Jersey[/url]

? Resolve to give the training time and support to work You just have to ask On the third day, he drifted off to a painful sleep after the prayers, as usual The Sixth SealNow in this seal judgment God starts to take action! With all the killing that is starting to occur in the above events, God shoots a heavy "torpedo" at the earth

[url=http://www.freeshippingcheapjerseys.com/]Cheap Nike NFL Jerseys[/url]