martes, junio 13, 2006

Una noche triste.





Se van así, como si nunca hubieran estado, pero aquí permanecieron, en mi pecho, dentro de mi retina, y ahora simplemente se marchan, ella lo lleva a él, y me duele todo el corazón, soy yo el que quiere esto, soy yo el que ocasiona todo este dolor, y no puedo determe, y lloro a susurros, no quiero que me escuchen, no quiero que se vayan, la lluvia no ha cesado y él no está bien de su resfrío, pero ella está dolida y desilucionada, es orgullosa y prefiere salir a permanecer en este abismo que se ha originado, pero no quiero estar solo, no quiero de nuevo llorar la ausencia y los juguetitos en el suelo, no quiero volver a sumergirme en el dolor de no verlo, he sido autor de muchos fracasos, qué mejor lo podía hacer si he surtido mi vida de ellos, estoy en un punto de quiebre entre la angustia y la muerte, es una hora dura, un vacío errante silencia mis gemidos, no es lo que quiero, pero es lo que debe ser a pesar de esta inseguridad que mi alma devela en esta hora aciaga y larga, en esta hora de obstinada soledad y de imperecedero infortunio, porqué dos veces la misma historia, dos veces golpeando el alma de inocentes, dos veces que me acechan y se hacen parte en esta hora estrecha que asfixia mi inocencia, porqué dos veces para destruir fantasías y sueños gentiles, dos veces empeñado en aniquilar mis propios sueños. ¿Porqué se me dota de esta forma extraña de percibir y no registro más cariño y suavidad para cobijar las intenciones nobles?
Se van, nuevamente debo quedarme en el hogar, en este puto y lamentable lugar que ya imaginaba más alegre en el porvenir, ya te imaginaba creciendo por el segundo piso, bah, son los mismos putos sueños de antes, la misma historia repetida por mi, no por ellas. Sí, soy un hijo de perra, un conchesumadre deshonesto, y no sé que me lleva a serlo, no puedo evitar ser quién soy, a pesar de que me esfuerzo con toda mi voluntad en ocultar mi esencia.
Tengo frío, tengo dolor recorriendo cada molécula de mi existencia, y nuevamente soy yo el culpable, se van con todo a cuestas, no me piden nada, yo los quiero, a él lo amo de un modo inimaginable, y me quedaré solo, mañana a esta misma hora no resistiré estar en este lugar, no quiero volver al desierto que me espera, pero debo volver, no tengo adonde ir, no tengo donde más llorar sin que nadie se entere.
Es una noche triste en que la lluvia no cesa.
Es muy triste.

1 comentario:

nihilego dijo...

Maestro, le regalaré el texto de un amigo mío, y luego le contaré una historia.

El texto se llama "Tanti Auguri a Me", escrito por Gustavo Malomo. Puede encontrarlo en esta dirección:
http://www4.loscuentos.net/cuentos/link/124/124029/

Le cuento que mi amigo, mi hermano Gustavo, murió el 9 de Febrero de este año, de un infarto masivo. Si UD se fija bien, con esa perspicacia que le caracteriza, eso le da un cariz casi profético a su texto, escrito efectivamente en su último cumpleaños.

Hay algo que quiero rescatar de alli. Dice asi : "Le debo cuentos a Silvio que le debe canciones a los pecados que no cometió.
En eso te gané Silvio: yo los cometí todos, con más prosa que poesía.
"

[suspiro] Creo que quiero decirle que muchos conocemos de cerca el sabor del fracaso. Aún tengo un gusto amargo en la boca y un anillo de matrimonio guardado en mi billetera, para recordarme que debo ir mas lento la próxima vez. Y es que quizá tenemos miedo, miedo de que la vida se nos pase de pronto de largo y no la hayamos vivido. Por eso apretamos con fuerza el acelerador, por eso tomamos cada curva a 180km/h, con los ojos cerrados y escuchando Brahms a todo volumen. Por eso la muerte se sonríe y disfruta tanto con nosotros, por eso nos quiere como hijos, por eso somos sus favoritos.

Mierda, he escrito cientos y cientos de páginas respecto de todas estas cosas. Pero es sólo retórica. Al final de cuentas la vida se vive, las lágrimas se saborean, el dolor se sufre solo. Sabe mejor.

Le enviaré el número de mi celular por privado. Concertaremos una cita a la brevedad. Hay cosas que las letras no dicen, por mucho que se escriban en cientos de páginas.