miércoles, noviembre 08, 2006

También yo




Una noche se pregunta con el capricho de una enamorada,
es que acaso sabe si este será su último peldaño
atado al porvenir inmediato
de elucubraciones distantes,
moviéndose mañana, temprano en las esquinas férreas,
alojada con el vino amargo y las voces entumecidas,
hoy estoy con este individuo, se dice
con un sabor casi enrojecido,
buscando su próxima copa
y un enjambre de amantes furtivos se dislocan por verla,
y ella tiene tiempo para algunos pero no les presta atención
es que esta tarde se hizo brumosa a pesar del sol,
y caminar desconsoladamente sola, bajo las
bullas encendidas, las luces desiertas
los ojos desalienados,
el brillo del sol opacando los sesos
¿qué mundo no?
será éste pedazo de humanidad, se requiere.
La zona que mi alma espera, el cobijo de mis melancolías, el protector de mis llantos, la salvación a mis tormentos, y no sé, no sé, aveces parece sincero, aveces parece que me quiere, eso me entristece, eso me enceguece
eso me hace odiar, eso me hace volver a mis atavíos
se grita despavorida, casi enceguecida la voz,
y nada, nada más pensar en que él no es seguro y nada es nada es perpetuo, ni constante, todo cambia a cada momento, no es necesario seguir meditando dolores que no han sucedido.

Vuelve niña a ser tierna como la voz de tus arrullos,
vuelve a reir con la dicha de tu corazón,
le repite una voz
nacida desde este decálogo de palabras,
una voz que grita Silibina, niña de los ojos más adorables
linda hermosa mujer,
pero en fin, nada de esto sucede, y todo vuelve a ser noche
porque en verdad es de noche,
los perros ladran a los movimientos desconocidos
y ya se hace tarde
debe continuar su vida casi al borde del trabajo
es hora de que duerma y vuelva a la carga,
quién sabe si mañana los hechos ya no estén
y haya de volver a hacer otra historia,
quién sabe ¿no?

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